lunes, 9 de marzo de 2009

"¿Nueva Derecha? O la reinvención del populismo frente al vacío de la izquierda", por Emmanuel Rodríguez e Hibai Arbide

La punta de lanza de esta ofensiva se encuentra en la propia esfera comunicativa y no inmediatamente en el medio político convencional: en la emergencia de un conglomerado de medios de comunicación de gran audiencia, promovido por un grupo de periodistas y ensayistas. Este conjunto de periodistas y opinadores profesionales se sitúan a la vanguardia neoconservadora, por delante del PP. De hecho, en ocasiones es el partido quien es utilizado por la Nueva Derecha mediática (invirtiendo el paradigma de la manipulación informativa que la izquierda suele denunciar), aunque habitualmente se puede reconocer una relación simbiótica entre la derecha mediática y su representación partidista. El sector más reconocible, la versión hispana más agresiva si se quiere de la Nueva Derecha, podría englobar a un buen número de sectores del periódico El Mundo , pero desde luego las experiencias más originales e interesantes deberían encontrarse en Libertad Digital, en Radio Intereconomía, en los programas de la COPE y en firmas como Pío Moa, Jiménez Losantos, Gabriel Albiac, César Vidal, Alberto Recarte, etc. [...].

El origen izquierdista de los actores principales de la ND y su actual trayectoria reflejan el tránsito de toda una generación inmersa en los procesos de lucha y politización durante los años 70, que se impregna sucesivamente de la atmósfera de “desencanto” durante los años 80 y más tarde del resentimiento producido por los largos años de gobierno aplastante del PSOE. La destrucción caníbal de la extrema izquierda tras las elecciones del 79, la extrema torpeza del pce y la fragilidad del desarrollo de iu y, sobre todo, la prepotencia del “socialismo en el gobierno” dieron al traste con la posibilidad de cualquier continuidad política de la experiencia de los años 70 [...]. En otras palabras, y aquí se encuentra la clave de la ampliación de su público o de su éxito social, las retóricas de la COPE, Albiac o Intereconomía explotan un determinado “régimen de las pasiones” caracterizado por el resentimiento hacia los “ganadores” de los años 80: por esa razón, el disparo apunta siempre a los lugares comunes del “progresismo” como herencia ideológica de la instauración democrática. Una tarea ciertamente sencilla y que presenta grandes probabilidades de éxito social, porque simplemente desvela la propia mezquindad de la constitución genética de la democracia española.

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